El Puerto de la Alhambra
Conoce nuestra metopa
La Metopa del Puerto de Motril es más que un símbolo, representa el encuentro de personas que en su travesía han unido sus destinos con nosotros y llevan con este presente una parte de nuestro Puerto por todo el mundo.
El Puerto de Motril ha querido dotar a esta distinción de un significado especial, que traslada la rica historia de la provincia de Granada, su importancia a lo largo de los siglos, como un cruce de caminos, que ha contribuido a forjar su identidad mediante el intercambio cultural.
Fue en Santa Fe municipio de la provincia de Granada, donde se gestó el primer viaje de Cristóbal Colón que dio lugar al encuentro de los continentes y supuso el auge definitivo de la navegación y del comercio marítimo con América.
La Alhambra como monumento mundialmente conocido es gran protagonista en esta metopa. Las técnicas utilizadas para su fabricación nos descubren la mejor tradición de la artesanía granadina, con más de 500 años de historia, que han ido pasando de padres a hijos hasta nuestros días.
El resultado es fruto de la conjunción de las culturas árabe Andalusí y del arte cristiano del momento.
Los materiales
La metopa tiene como material de base la madera noble de etimoe procedente del África Central, en la que se ha tallado el escudo de la Autoridad Portuaria de Motril. Sobre la base de madera se han colocado unas teselas similares a las que podemos encontrar en las estancias de la ciudad palatina de la Alhambra, dispuestas en forma de hélice componen un elemento característico del sector marítimo portuario.
Los artesanos
El trabajo de la madera y la composición ha sido realizado por Artesanía V. Molero, empresa totalmente artesanal que trabaja desde 1888 en la actualidad de la mano de Jesús Molero Sabador, bisnieto del fundador. Taller con numerosos reconocimientos y renombre internacional, sus obras se encuentran repartidas en palacios y mansiones de todo el mundo...
En las esquinas de la metopa encontramos piezas de taracea, técnica ornamental milenaria consistente en engastar en superficies piezas de diferentes maderas selectas en combinación con otros materiales.
La cerámica proviene del taller de Miguel Morales, representante de una larga tradición de alfareros que desde Hernando Morales en el S.XVI adaptaron la tradición andalusí en una técnica única que mezclaba el agua de la acequia de Aynadamar, con la arcilla de los montes y ríos cercanos a la Alhambra y terminando con la decoración de su vidriado con los colores azul, verde, blanco…
La cerámica de Fajalauza toma su nombre de la Puerta Fajalauza una de las siete puertas de acceso al barrio del Albaicín y ha constituido una parte esencial de la identidad de Granada durante muchos siglos.
El trabajo de los artesanos ha dado como resultado una pieza única que se constituye como más que un presente, es un trozo de Granada.